En este número de octubre/noviembre hablaremos del plagio, algo que lamentablemente ocurre con mucha frecuencia en la industria de la moda y que provoca daños enormes a nuestra profesión como diseñadores y creativos.
El término plagio viene del latín Plagiariis, cuyo concepto se relaciona con el Derecho romano, en donde el sistema jurídico de la época dictó una ley para sancionar y castigar a los ladrones de niños, pronto el Imperio romano se extendió por todo el Mediterráneo y sus leyes influyeron en toda Europa, de ahí que hoy en día se castigue a quienes roban una obra o diseño, el cual es considerado casi como un hijo.
Hoy, en la industria de la confección es muy normal ver “el rescate” de diseños antiguos o tendencia pasadas para darles un giro moderno y convertirlos en algo actual y novedoso. Y no está mal, pues estoy convencida de que dicho trabajo implica también un proceso creativo, posiblemente tan grande como el concebir algo original. Honor a quien honor merece; así que, si estamos haciendo este tipo de acciones debemos darle siempre el crédito al autor original.
Como futuros profesionales de la moda no debemos incurrir en este tipo de acciones ya que se trata de un delito que atenta contra el derecho de autor, los valores y los principios que en el CECC forjamos en el alumnado.
En la licenciatura de Fashion Design & Marketing tenemos un compromiso social para con nuestro país y el mundo, es por eso que día con día trabajamos con todo nuestro equipo docente en la educación integral de todos ustedes nuestros queridos alumnos, futuros profesionistas de la moda.
Así que desde aquí los invito a reflexionar sobre dos cuestiones: ¿Qué sentirían si ustedes fueran a quienes alguien les robara su creación? ¿Cuánto cuesta su credibilidad y la confianza de todos a su alrededor? la cual es común perder al tomar una salida fácil.
Saludos
Isabel Carvajal
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