top of page

EDITORIAL

woman-holding-green-and-red-leather-hand

EDITORIAL

La unión Soviética y el diseño deportivo.

  • Foto del escritor: Call Me F
    Call Me F
  • 6 jul 2019
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 8 jul 2019


Por Mathieu Branger


En tiempos de la Unión Soviética, el deporte era parte importante de la vida cotidiana y ocupaba los más altos niveles de Estado, casi a la par que la política misma. Equipos de futbol como el Dinamo de Moscú o el Dinamo de Kiev despertaban, y lo siguen haciendo, el entusiasmo de las multitudes, alcanzando niveles de popularidad tan grandes como en su momento lo hicieron los Juegos Olímpicos de 1980, los cuales marcaron un momento importantísimo dentro del deporte y la política en plena Guerra Fría.



La Revolución rusa de 1917, en su voluntad de transformar de manera radical la vida de los trabajadores, ya había dado cierta importancia a la práctica colectiva del deporte a través de las agrupaciones populares de instrucción física y deportiva.


Por sorprendente que nos parezca, esa “cultura física” soviética tuvo cierta influencia en la moda de la época.


Al derrocar de manera trágica la dinastía de los Romanov, en febrero de 1917, los Soviet aplicaron ideas utópicas comunistas que inventaban un mundo nuevo para los obreros y campesinos. En un primer momento este mundo lleno de esperanzas, recibió ayuda de los artistas de vanguardia para reformar en profundidad la sociedad rusa en todos sus aspectos: política, economía, cultura, vida cotidiana y obviamente el deporte. La Unión Soviética pretendía moldear un hombre nuevo para el siglo XX, el deporte, entendido como expresión de la nueva colectividad, como disciplina y actividad para el control de la población, era el vínculo ideal para alcanzarlo.

En ese contexto, artistas asociados a la Revolución propusieron diseños nuevos, y en particular, varias pintoras del Constructivismo, incursionaron en el diseño textil. En 1923 y 1924, Varvara Stepanova y Liubov’ Popova trabajaron en el Tsindel (primer estado fábrica textil, ubicado cerca Moscú), telas de algodón estampado, para mejorar la calidad y la competitividad de los diseños. Seguían el ideal del “artista-productor” al servicio del colectivo soviético que se estaba estructurando y desarrollaron una reflexión muy importante sobre la naturaleza del diseño textil industrial, que las llevó a diseñar la nueva ropa deportiva.


Varvara Stepanova, Diseño/Estampado original, 1923



En esos años, no existía el sportswear y competiciones como los Juegos Olímpicos, ya difundían la idea de uniformes que distinguieran a los equipos nacionales. Personalidades como René Lacoste y su famoso cocodrilo o Suzanne Lenglen y su falda-pantalón para jugar al tenis, popularizaban la idea de una vestimenta específica para la práctica del deporte. En Rusia, durante los primeros años de la Revolución, Varvara Stepanova enfatizó aún más esa distinción, y, dentro de la “ prozodejdia“ o ropa para una actividad específica (uniformes o ropa para el trabajo), inventó una categoría nueva, la “sportodejdia”, o ropa para el deporte, que tenía que ser barata, simple de coser, fácil de llevar e higiénica.


En 1923, la revista Lef publicó los dibujos de esta diseñadora, para las camisetas de un equipo de futbol, los cuales consistían en: colores simples, grandes círculos, cuadrados, triángulos o líneas rectas, y una gran estrella roja en el pecho. Eran prendas ligeras, que permitían el movimiento, con poca tela para cuidar la temperatura del cuerpo, y en los que la noción de decoración desaparece por completo.


En los años siguientes, Stepanova experimentó con los estudiantes de los talleres de diseño de los Vjutemás, al vestirlos con trajes unisex para el futbol o el atletismo, los cuales llevaban motivos abstractos, geométricos y fuertes efectos ópticos. De esa manera, al usar los principios estéticos de los movimientos de vanguardia, la ropa deportiva participó plenamente de la nueva moda revolucionaria de los años 1920. Sin embargo, esas propuestas fueron creaciones utópicas y pocas veces realizadas, ya que pronto el totalitarismo estalinista, lamentablemente, pondría fin a ese extraordinario periodo de creatividad.


Comments


©2020 by Call Me F

bottom of page